Aprender a perdonar es, como todos/as podemos imaginar, un aspecto muy importante en la vida. Cuantas veces nos habrán dicho o habremos oído de pequeños: “Pídele perdón”. De esa forma, normalmente se pedía perdón de una manera forzada, sin arrepentimiento, tan sólo por obedecer el mandato del adulto. Por consiguiente, “hacíamos” que perdonábamos al otro, pese a notar esa incongruencia instigada. Al final, los sentimientos de enfado y rencor se podían disipar, aunque no fuera de inmediato, al olvidar lo sucedido, abandonar el resentimiento, aplacar la rabia… Pero ciertamente, el perdón no consiste en esto.
El perdón al que aquí nos referimos, implica una reflexión más amplia a nivel emocional y cognitivo. Supone una aceptación en profundidad de lo que sucedió, para reconciliarse internamente con la vida y colocarse en una nueva posición. No se puede forzar, ya que se trata de un proceso que la persona elige, donde tu propio organismo te va llevando a él.
Por ello, hay que aclarar que se tiene derecho a permanecer en el enfado. Porque de igual manera se puede elegir no perdonar, y desde el espacio psicoterapéutico es necesario respetarlo.
Un punto importante a tener en cuenta, es que no implica necesariamente una reconciliación externa, ya que se hace por uno/a mismo/a, no por el que ha cometido la injusticia o daño.
¿Y qué beneficios obtengo yo al perdonar? Pues se obtienen beneficios para la salud, ya que supone liberarse de la rabia, dejar ir lo que me mantiene enganchado al otro, comprender… Además, se ha visto que mejora el estado de ánimo, la salud mental y física, se detiene la pérdida de energía en ese “estancamiento” o “enganche”, se restaura la fortaleza y empoderamiento de la persona, facilita “sentirse en paz” y ayuda a conectar con la bondad del ser humano y con la tuya propia.
En cualquier caso, la decisión está en cada uno/a y el proceso no se da de la misma manera en todas las personas. Y siempre se debe diferenciar el perdonar, con el no poner límites, ya que lo último nos dejaría desprotegidos y acarrearía negativas consecuencias en nuestra vida.
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